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Collacios d'Uxo

Y sigo...

Fuimos grandes lectores de cuentos, leíamos todo lo que caía en nuestras manos desde el Pumby en la biblioteca, y los cuentos que cambiábamos entre nosotros, El cachorro, Guerrero del antifaz, Roberto Alcázar y Pedrin, Jabato, Capitán trueno, Hazañas bélicas, Zagor, Tex, Roy Rogers, Tintin.

También nos los dejaban prestaos, pagando unes perrones al zapatero que había donde el tunelòn y de volvías cuando lu leías. 

Llegaba junio y les vacaciones si aprobabas todo el verano como decía mi madre pa correr el pingu, muchos días antes de San Juan empezábamos a acarretar leña, subíamos al monte a por raíces, nos metíamos en el río a sacar troncos que arrastraba la corriente y luego hacíamos un pozu pa poner la picalina, en esto nos ayudaban los paisanos, preparamos la foguera pa San Juan, les muyeres hacían la muyerona. 

Íbamos por les puertes pidiendo pal chocolate y al llegar el gran día de la foguera, los barrios paseaban la muyerona por tol pueblu y luego al encender se comía el chocolate y todos competían por la foguera más grande y que más duraba. 

Estrenabamos ropa por Ramos y les fiestes, bajabas con tu madre a Mieres que te parecía una ciudad a la Innovación y el Mundo. 

El cumpleaños era tirones de orejes, y los regalos sólo eran el día de Reyes y casi nunca traían lo que pedías, luego todos a la calle a enseñar y jugar con los amigos con los juguetes nuevos, la estrella era la bicicleta BH pero  a muy pocos se la traían y una bici servía pa todos, la estrella eran pistoles de restallones pa andar a tiros.

Les güeles que habían pásao unos tiempos tan duros nos traían calcetos y calzoncillos, éramos tan felices con tan poco, que ves hiy día los guajes con tantos juguetes que la única ilusión ye abrir el regalu y no mirar pa el. 

Les fiestes de Ujo era algo especial, estrenas ropa, y la propina era mayor, subías a les lanches, el tren de la bruja, les cadenes, el muro de la muerte, la mujer serpiente, el tiro la tómbola, algunos probaban la fuerza con el mazu o con un tren que subía por un carril. 

Los coches de choque era ya otru nivel, la música y exitos del añu y a presumir solu o con la nena que te gustaba, pero valían mucho así que con míralos ya teníamos suficiente. 

Hay tantos recuerdos de unos años tan lejanos que con el pasu del tiempu te parecen que fueron haz un siglo pero son muy recientes y agradables recordarlos. 

Tovia me queda mucho en el tinteru, pa otra vez. 

Y se acabó. 

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