Blogia
Collacios d'Uxo

Hablando de parejas

Os cito textualmente del programa de Alfonso Cardenal (Cadena Ser,“Sofá Sonoro”)

https://cadenaser.com/2022/02/02/la-jugarreta-de-aretha-franklin-a-ray-charles/

 

De los miles de conciertos que dio Aretha Franklin a lo largo de su vida hay uno que fue especial, fue especial por el lugar, por el momento de gracia que vivía la vocalista, por las canciones que tocó y por los invitados que tuvo.

En 1971 Aretha Franklin, con 29 años, estaba en la cima, en esos años de Atlantic en los que convertía en oro todo lo que tocaba, pero los dueños del sello querían ampliar el público de la Reina del Soul, llegar a los hippies blancos de la contracultura californiana. Para ello Jerry Wexler, de Atlantic Records, tuvo una idea, llevar a Aretha a San Francisco para una serie de conciertos en el Fillmore West, el local de moda de la ciudad, un lugar de barbudos y melenudos que adoraban a Grateful Dead o Jefferson Airplane.

Aretha no veía clara aquella jugada, además su caché rondaba los 50.000 dólares y aquella cifra doblaba lo que la sala podía tocar. Jerry Wexler zanjó el problema por la vía rápida, él pondría la diferencia y grabaría un disco en directo de aquellas tres noches de marzo de 1971. Aretha finalmente accedió y preparó un repertorio especial para aquella actuación con versiones de los Beatles, Simon and Garfunkel o Stephen Stills.

Para aquella velada, Aretha se rodeó bien. Se llevó al eterno Billie Preston, a King Curtis con su banda y la sección de vientos de los Memphis Horns, pero también hubo un invitado inesperado: Ray Charles

Ray Charles se encontraba aquella noche en San Francisco y la representante de Aretha lo invitó al concierto. El pianista no solía ir a actuaciones, pero le gustaba Aretha y accedió. Nada más llegar se encontró a Jerry Wexler, que había editado sus mejores discos, y éste le pidió que saliese a tocar algo con ella porque iban a grabar el concierto. Charles se negó alegando que no conocía el cancionero de Aretha y a pesar de las insistencias se mantuvo en sus trece. Charles y Aretha no eran amigos, pero habían coincido varias veces y se llevaban bien, una de esas veces en la que colaboraron fue en 1968 cuando cantaron juntos un anuncio radiofónico para Coca-Cola.

Finalmente, el concierto empezó con Charles sentado al fondo de la sala, como contaba el pianista en la biografía de Aretha escrita por David Ritz y editada por Libros  del Kultrum. “La tía estaba dando un concierto acojonante”, cuenta Charles. “Yo me lo estaba pasando en grande cuando ella de pronto vino a mi mesa gritando: Mirad quién está aquí”, relata el músico, que explica que sin mediar palabra Aretha le agarró del brazo y lo subió al escenario para cantar Spirit in the Dark.

Charles, que no se sabía la canción, le siguió el juego inventándose la letra. “No la había cantado jamás, no me sabía la letra, pero Aretha me transmitió el espíritu y me metí de lleno”, contó después Charles, que unos meses más tarde recibió la llamada de Jerry Wesler pidiéndole permiso para incluir la canción en el disco. Ray se negó lo que provocó que la siguiente llamada fuese de Aretha. Ahí ya no pudo negarse y la salvaje interpretación de los dos genios acabó saliendo en Aretha Live a Fillmore West, un disco inmenso, de lo mejor de Franklin en directo y con una compañía de lujo. Billy Preston lo definió como uno de los conciertos más especiales de su carrera, como un momento histórico.

Aretha fue recibida por el público blanco con los brazos abiertos y noches como aquella crearon el mito de la Reina del Soul, una mujer que no aceptaba un no por respuesta y que era capaz de hacer jugarretas a sus amigos, jugarretas que pasaron a la historia al juntar a dos de los grandes genios de la música negra.


Collacios, hasta la siguiente. Un abrazu.

 

0 comentarios