Bangladesh, cuarenta años de un sueño.
Hay personajes que despiertan una simpatía especial, que los sientes próximos a pesar de la distancia. George Harrison es mi personaje especial. La noche en que su muerte me sorprendió en un parque de Madrid, pensé por primera vez que el destino también persigue a los buenos. Era el 29 de noviembre de 2001. Este año se cumplirá el décimo aniversario de su muerte, hoy se cumplen 40 años del concierto por Bangladesh.
Tardé muchos años en acercarme a ese concierto, a pesar del gran cartel de evento, siempre encontraba otras cosas que ver. Ahora, y con muchos años de retraso, he visto el documental “Concert for Bangladesh”. Una experiencia enriquecedora, el final de una década y de un sueño, el principio de otro. Un día del verano de 1971 Ravi Shankar llamó a su buen amigo George para hablarle de la complicada situación en Bangladesh, Ravi pidió ayuda a George y así lo explicaba el guitarrista cuando le preguntaban por los motivos del evento, “Un amigo me pidió ayuda”.
La organización de aquel concierto supuso un reto para mucha gente, se trataba del primer concierto benéfico de ese tipo. George llamó a sus amigos y estos acudieron gratis a la llamada de Harrison. El tiempo apremiaba y nadie falló. En apenas un mes todo estaba listo para el evento. Era el primer concierto que daba un miembro de los Beatles tras la separación del cuarteto de Liverpool y la prensa entró de lleno en el juego. La expectación fue en aumento y para la fecha prevista había largas colas en la puerta del Madison Square Garden de Nueva York. Se hicieron dos pases, uno por la mañana y otro por la tarde, todo vendido. La gente enloqueció, la lista de invitados fue enorme y era la primera comparecencia de Harrison como líder tras la exitosa publicación de “All things must pass” unos meses antes.
Ese día el mundo se dio cuenta de la conciencia colectiva de los músicos, de su poder de convocatoria. Juntos demostraron que se pueden hacer cosas, que el sueño de la década anterior todavía estaba vigente, que el mundo se podía cambiar, o al menos se podía colaborar para establecer pequeños cambios. Bangladesh no se salvó gracias a los músicos, pero se ayudó a aliviar su pena. El sueño hippy estaba moribundo y este concierto le dio una muerte dulce. Bangladesh sería el primer concierto de su clase, luego vendrían más, muchos más, pero George fue el primero en darse cuenta del poder de la música para establecer pequeños cambios. Bangladesh fue un ejemplo y en ese concierto salió a relucir el carácter especial de George Harrison.
1 comentario
Vicente -
Y el concierto de Bangladesh, aquel Lp que tantes veces oímos ye todo una joya.
Saludos collacios y collacies, ser felices.