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Collacios d'Uxo

STARLESS: “Un cielo sin estrellas”.

Unu de mis grupos musicales preferidos. Mi tema preferidu de este mismo grupo musical. Y el título de un tema que lo diz todo en los tiempos que vivimos.

A to los niveles. El mundo, la vida, la forma de ser de la gente, la arrogancia, la soberbia, la evolución, en fin, todo se muestra tal cual. Ye como si saliera a flote to’l fango del fondo de la vida. Como sí, to la mierda saliera a la superficie dejando relucir su dúctil y pestilente aroma.

Tuvo que llegar una pandemia pa decinos donde estamos, quienes somos y a donde nos dirigimos. Realmente nos vemos perdíos, desorientaos, dando tumbos de aquí p’allá. Los científicos investigan sobre la marcha y evolucionan muy despacio respecto del virus que nos conquista. De los políticos … qué voy decir. Siguen en lo mismo de siempre, aprovechando la ocasión pa salir en primera línea de ataque pero sin atacar. Prometen sin compromiso y nunca cumplen lo que prometen. Trabajan quince días para vivir del cuentu cuatro años. Siempre igual. Nos engañan y nos dejamos engañar. Moraleja: Ye como si nos diese placer y nos gustase.

En esti cielo sin estrelles de negro bíblico, to se torna invisible. Les coses importantes ye como si no existieran. Pasamos d’elles como si na de na. Nos hacen resistentes a los números. Miras el periódico o les noticies de la tele y todo son cifres de muertos, de contagiaos, tantos por ciento, tantos por cien miles, curves algorrítmiques, etc. Nos dan clases intensives de matemáticas y de cálculos de probabilidad. Nos hacen comulgar con ruedes de molín y lo cierto ye que con un omeprazol “nos lo tragamos todo”.

En esta saturación de información, nos están creando una psicosis obsesiva de la realidad. Pero ¡ojo! De la realidad que ellos quieren que veamos. No de la realidad que existe y nos ocultan.

En los años 60 y 70 del siglo pasau, hubo una revolución contra el sistema. Se trataba de reanimar a un mundo totalmente en declive que había salido de guerres civiles y mundiales y de otra guerra, no bélica pero sí sistemática, de algo que por obsoleto dejó de funcionar. De ahí, los movimientos hippies, les nueves generaciones de modelos musicales como revocación y revolución a to lo existente, el nacimiento de una nueva forma de vivir y de expresión.

Luego llegó el consumismo, el dinero fácil y el crédito de la banca pa enturbiar y viciar los nuevos hábitos hasta la total dependencia del capitalismo, de la publicidad y del consumo elevado a la enésima potencia. Todo consistía en vivir bien sin importar el cómo. ¿quieres dinero? ¡Ahí lo tienes! Ya lo pagarás con buenos intereses y me enriqueceré a tu costa.

Entre tanto, nos metieron por el medio el Winston, el alcohol y el caballo. Y con ello lograron derribar les columnes de una nueva generación que quería y buscaba con ahínco una nueva forma de vivir y de olvidar un pasado horrible de holocaustos y de muertes en combates innecesarios y de grandes opulencies pa los pistoleros.

Collacios, a estes hores de la noche; y después de un día realmente largu y muy turbulentu, me siento (no sé cómo exprésalo) mal, tocau y casi hundíu. Como en el juegu de los barcos. Algunu de vosotros, va unos meses, ya pasasteis por circunstancies peores. Lo sé. Y temo que me pueda pasar lo mismo. De ahí mis temores y baches anímicos. Espero poder superar y contar como anécdota estos días que nos trastornan y distorsionan los pensamientos y nuestra foma de vida.

Cuando esta puta pandemia fallezca, celebraremos su muerte hasta la saciedad. Pero eso sí, sin políticos, sin periodistas de pacotilla, sin ingerencies de pensamientos, de modas y de modos. Sin promeses y sin compromisos. Tendremos que ser quienes somos. Sin ocultar nuestra piel y sin echar desodorante. Olvidando colores y banderes. Volviendo a los orígenes. A lo natural que bien escasea hoy en día.

Collacios míos, ser siempre así. Yo trataré de selo.

Un abrazu.

2 comentarios

Vicente -

Hola Jorge, ánimos y a seguir peleando, te salió un post muy guapu y de hundise nada que siempre hay algo para mantenerse a flote.
Un abrazu.

Jorge -

Después de una parrafá como la que acabo de soltar y de comentame a mi mismu, siento un aliviu como el de quien grita en el coche cuando nadie lu oye pa liberar adrenalina.
Gracies por no oíme y leeme.