Golondrines
Cambiando de tema.
Haz como unes tres semanes, mas bien mas que menos, vi revolotear desde la ventana de mi casa a les golondrines. Y díjeme yo, ya está aquí la primavera. Pero desde que se instaló entre nosotros el Covid-19. Desaparecieron como por arte de magia. Llevo días mirando y mirando, pero no veo ninguna.
Vosotros, que como yo y casi tol mundo, en estos días nos pasamos largos ratos a la ventana, habéis de fijavos por si les veis y así salgo de duda.
Si me confirmáis la noticia, ¿tendríamos que pensar en algo raro?
También echo en falta, los patos y cormoranes que sobrevolaban el río. Pero por aquí no se veían tanto como por Ujo y Mieres.
En fin. Ahí lo dejo. Ya me contaréis.
Un abrazu.
2 comentarios
JORGE -
Vicente -
Antes estaba lleno de nidos de golondrines y vencejos, sus nidos se distinguen por la entrada, unu ye redondu y el otru ovalau.
Haz más de 20 años vimos desde mi casa lo más curioso que vi en mi vida sobre los pájaros.
Una mañana al levantarnos enfrente de nuestra casa en una fachada de un edificiu de cuatro plantes que mira al este, estaba lleno de miles de golondrines, alucina os nunca habíamos visto nada parecido, recordaba la peli de Hitchcock.
A los pocos minutos un montón de elles levantan el vuelo y a los pocos minutos detrás de les primeres sal toda la bandada.
Lo que al principio me pareció muy extraño luego me di cuenta que se reunían pa emigrar, lo curioso que salían como un ejército, primero una vanguardia, luego el grueso del ejército y detrás una retaguardia, fue curioso y la única vez que lo vi en mi vida.
La prueba evidente que los pájaros desaparecen de nuestros pueblos y ciudades son los gorriones, cada vez ye más difícil velos y si ves son dos,tres o pocos más.
Sólo les palomes y gaviotes siguen igual o más que haz años y ahora sin gente también hay muches menos.
Tuve una vez un jilgueru que se llamaba Lucas, me daba mucha pena tenelu en una jaula y alguna vez lu dejaba volar por casa, era tan listu y cantaba muy bien
Ponía la jaula en el balcón y un día la jaula apareció los barrotes abiertos y Lucas ya no estaba, supongo que el ferre se lu llevó y nunca más quise ningún pàjaru,ni animales, hasta que Hugo nos trajo a Gina una perrina teckel de pelo duro cruzà con schnauzer, nunca pensé que se podía querer tanto a un perru, aunque estoy hasta los mismísimos de ella, por les atenciones que necesita no la dejaría por nada del mundo y ye la reina de la casa.